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Preparando el taller del 16 de abril, me he dado cuenta de que esta primavera es un poco especial, de que lo siento de una manera más intensa. La primavera da la bienvenida a lo nuevo, nuevas flores, hojas, animalillos, los días más largos y llenos de sol, temperaturas más cálidas, ropa más ligera. Es una vuelta de los sentidos, de la sensualidad.
Durante el invierno nuestros sentidos se vuelven más introspectivos, los envolvemos a nuestro al rededor con las capas de ropa caliente, la comida y bebidas calientes, sofás en los que nos acurrucamos y saboreamos lo dulce que compensa la falta de luz.
La primavera siempre ha sido un proceso de desenvolver esos sentidos, redirigir nuestra atención hacia lo exterior, hacia el mundo que la luz ahora ilumina y nos permite recorrer hasta el horizonte. Para mí esta primavera está siendo aún más sensorial que otros años, hay una sensación más caótica de redescubrir el mundo a mi al rededor.
Creo que esto se debe a los confinamientos que hemos tenido, aunque ahora mismo estemos volviendo a confinamientos municipales en Euskal Herria y otras partes de España, no siento tanto la restricción.
Puedo estar fuera al sol, sentir el aire en mi piel, saborear fruta fresca, oler la hierba y las flores que están creciendo, oír el canto de los pájaros más que las conversaciones monotemáticas, ver el movimiento que hay al rededor mío entre las plantas, los animales y el juego de luces que es el atardecer.
Los sentidos son una parte muy importante de conectar con el mundo, de no sentirnos tan sol@s, de encontrar el reflejo de nuestra experiencia humana en nuestro entorno más amplio.
Por esto os invito a que busquéis activamente lo que hace despertar vuestros sentidos. A veces sólo necesitamos prestar atención a lo que ya está pasando en nosotr@s mism@s, para darnos cuenta de que los días más largos nos ayudan a sentirnos más viv@s, o que la presencia de flores en los balcones y bordillos de la calle nos hace mirar un poco más hacia arriba y menos hacia el móvil.
Otras veces no es tan automático, necesitamos poner de nuestra parte para revivir los sentidos, reconectar con el mundo y participar en nuestro entorno de manera consciente. Esto se puede hacer a través de una meditación en la que se enfoca la atención plena en cada sentido uno por uno.
Pero también puede ser un ejercicio diario de encontrar una cosa para cada sentido. Un reto en el que a lo largo del día identificas un olor, un sabor, una textura, un sonido y un color que te aporten un momento de presencia.
Un ejercicio muy bonito puede ser hacer una lista, o un dibujo (abstracto o concreto, no importa), al que se le va añadiendo cada día esas impresiones, esos momentos de presencia con los sentidos y ver cómo evoluciona a lo largo de la semana, el mes, el tiempo que sea.
Esto también nos puede ayudar a identificar lo que es verdaderamente importante para nosotr@s y lo que puede que necesitemos introducir más conscientemente en nuestro día a día.
Si te interesa esta exploración personal a través de los sentidos, te invito a mi taller el 16 de abril en Izarpe, Donostia, donde trabajaremos esto en más profundidad. Si prefieres algo más personalizado o no puedes venir al taller, haz una cita online conmigo.
Un abrazo.
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